Y definitivamente creo que muchas veces hablo demasiado. Pienso demasiado. Comunico mis dudas demasiado. Dudo demasiado. Me infravaloro demasiado. Y tanto demasiado hay veces que puede ser contraproducente.
Me gusta planear, fluir pero no mucho y tener en cierta manera las cosas claras. Me gusta reservar sitios para cenar y tener medio controlado un poco mi ambiente. Me gustaría no ser tan así.
Y luego viene mi cerebro, que va demasiado deprisa. El problema es que estoy tan acostumbrada a que cuando alguien desconecta un poco, está mas distante o simplemente no esté tan pendiente sea por algún motivo malo en concreto. Estoy acostumbrada a que cuando pasa eso es porque realmente algo va mal. Y odio tener la necesidad como de "reafirmación" de que todo va bien, pero bueno, poco a poco. No quiero que se agobie.
Cerebro apágate.