“Se habla mucho de lo difícil
que es estar en una relación toxica, pero no se dice lo suficiente sobre lo
duro que puede ser tener una relación sana después de haber tenido una toxica.
No se menciona lo complicado que es desactivar los mecanismos de defensa que habías
desarrollado para protegerte. No se habla de lo desafiante que es aceptar que
alguien te trate bien, sin sospechas ni dudas. Tampoco se menciona lo difícil que
resulta creer que realmente mereces ese “amor y esa bondad.”
El otro día leí este texto,
y la verdad es que hacía tiempo que algo no me definía tanto. Desde hace unos
meses me siento feliz. He conocido a alguien, aunque aún no quiera decir mucho por
si me sale mal (y que él tiene la dirección del blog, se que no se mete, pero
por si acaso tampoco quiero mostrar toda mi intensidad y que se me asuste aún
más), pero me gusta mucho. Siento que es una persona que me complementa, que me
entiende, que le gusto, que de una manera u otra me hace sentirme mejor conmigo
misma, pero sobretodo, me HACE FELIZ. El año pasado por circunstancias de la
vida no nos llegamos a conocer, y este verano la vida nos ha dado una segunda
oportunidad que no podía dejar pasar. Él ahora está en un campamento de surf, y
como me pasó en una foto “existe una ola perfecta tan solo, no dejes de buscarla”, y
yo quiero ser su ola. Yo ya no me considero una persona dependiente de la otra,
pero si que es cierto que o por mi pasado o por mi forma de ser, necesito un
poco de “reafirmación de que todo va bien”. Y estos días que está un poco más
ausente (lógicamente) ya mi cabeza empieza a maquinarse mil cosas. El que cuando
yo tuviera pareja el hiciera su vida estando aún conmigo a hecho que a día de
hoy me cueste pensar que alguien realmente quiere estar conmigo por elección
propia y que me elija a mi en vez de a otra persona y eso, aunque sin motivo
alguno hace que mis mecanismos de defensa se enciendan y se pregunten el “¿qué
está pasando? ¿estamos bien?” Sin motivo para cuestionar absolutamente nada. Y
sí, se que la culpable por así decirlo soy yo. Necesito pensar menos y dejar
fluir más, aunque sinceramente, yo no soy muy de “vayamos fluyendo”, necesito
tener un poquito mas aseguradas/planeadas las cosas.
Es un chico estupendo y él
no se lo cree. Se debería de ver con los ojos con los que yo le miro. Me gusta
su forma de ser, me siento bien con él, no tengo que ser falsa. Tiene un cuerpo
para mi espectacular y nos complementamos bastante bien. Es cariñoso, familiar,
cuida de sus amigos y de las mascotas de sus amigos, adora a su hermana, le
gustan los perritos y no se cómo lo hace pero siempre huele bien. Tiene su trabajo,
su independencia, etc ósea no se, lo admiro. Cuando estoy con él y aún no me he
ido ya le empiezo a echar de menos, por é y por como me siento yo estando
juntos. Me encantan sus abrazos de oso, me hace sentirme pequeñita y protegida
a su lado. Me gustaría proponerle mil planes, aunque algunas cosas ya tenemos
en mente, pero si que es cierto que no todo el mundo va a la misma velocidad.
Yo se que él está acostumbrado a su independencia y yo antes era prácticamente todo
lo contrario, es encontrar nuestro punto medio, y creo, que poco a poco lo
estamos haciendo. Ais, ojalá que estos miedos se queden en eso, simplemente en
miedos y que mi cabeza poco a poco pueda dejarlos atrás.
Ojalá …